Actualmente, uno de los productos ecológicos que encontramos en los supermercados con más facilidad son los huevos. Cada vez son más las granjas de gallinas ecológicas que distribuyen sus huevos, que ya están al alcance de todos. Sin embargo, todavía hay mucha gente que no tiene del todo claro cómo diferenciar los huevos ecológicos de los convencionales.

El código

Uno de los principales factores a la hora de saber si un huevo es ecológico, es el código de números y letras que puedes encontrar tanto en el envase, como en la cáscara del huevo.

Hay cuatro tipos de huevos, que se clasifican en base a su sistema de cría, y el primer dígito de este código indica a cuál de ellos pertenece el huevo en cuestión. De esta forma, si el primer dígito es el 0, estaríamos ante un huevo ecológico; si se trata de un 1, el huevo sería campero; en caso de ser un 2, estaríamos hablando de gallinas criadas en suelo; y un 3 haría referencia a los huevos convencionales que provienen de gallinas criadas en jaulas.

Huevos camperos vs. ecológicos

Tanto los huevos ecológicos como los camperos tienen su origen en gallinas que se crían en corrales al aire libre. Sin embargo, las primeras consumen un pienso ecológico y tienen que cumplir una normativa específica, en la que se prohíbe el uso de cualquier sustancia química o de origen artificial. Además, las gallinas deben estar libres y en campos en los que no se hayan usado ningún tipo de abonos químicos o plaguicidas.

El sabor

Otra de las diferencias clave es el sabor. Un huevo ecológico tendrá un sabor más intenso y auténtico que un huevo convencional. Esto se debe a la gran diferencia en la cría de las gallinas.

Un error habitual, como bien sabemos en Granjas Redondo, es pensar que el color de la yema o la cáscara son también factores diferenciadores. El color de la yema está influenciado por los pigmentos que se añaden a los piensos. Por lo tanto, un huevo ecológico no tiene por qué ser más naranja que uno convencional, por ejemplo. Además, el tamaño y el peso, o el color de la cáscara, tampoco son elementos determinantes en la diferenciación. En el caso de la cáscara, por ejemplo, el color depende de la raza de la gallina.

Cuando los huevos fueron considerados uno de los alimentos responsables del aumento del colesterol entra la población, su ingesta fue desterrada de las dietas saludables. Sin embargo, numerosos estudios posteriores han demostrado que esta afirmación no se sostiene, más bien al contrario. Actualmente, sabemos que la contribución de este superalimento al colesterol es un mito, como también conocemos los innumerables beneficios de consumo huevos ecológicos.