Estamos en pleno verano, una época de temperaturas altas en la que buscamos realizar recetas frescas. Los huevos son un alimento muy versátil que en verano podemos aprovechar para muchas recetas frías que nos sientan muy bien, y uno de los platos estrella es el de los huevos rellenos. Como una de las mejores granjas ecológicas de gallinas, sabemos hacer los mejores huevos rellenos, diferentes y exquisitos. ¿Los has probado alguna vez rellenos de atún y tomate? ¡Te explicamos cómo hacerlos!

Hay algunos alimentos que son muy beneficiosos para la salud, como es el caso de los huevos, pero que no es aconsejable consumirlos en crudo. Los huevos pueden cocinarse de múltiples maneras diferentes, pero en su versión cruda, su consumo puede traer consecuencias muy negativas para el organismo. Por eso, como una de las mejores granjas ecológicas de gallinas, a continuación, explicamos los riesgos que supone comer huevos crudos.

Intoxicación alimentaria

Aunque supone un bajo riesgo, una de las principales razones por las que no es adecuado comer huevos crudos, es porque es posible llegar a sufrir una intoxicación alimentaria por salmonelosis. Es una bacteria que tiene presencia en algunos alimentos que están contaminados, sobre todo en el caso de los huevos crudos. Para evitar que un huevo crudo transmita esta bacteria, lo más adecuado es cocinarlo bien previamente.

Complica la absorción de las vitaminas

Otro de los motivos para no comer huevos crudos, es que puede afectar negativamente a la absorción de algunas vitaminas. Hay que saber, que el huevo contiene en su clara la proteína avidina, que puede llegar a impedir la absorción de la vitamina B8 o biotina, indispensable para el buen funcionamiento del organismo. Al cocinar el huevo, es posible lograr inactivar la proteína que está presente en la clara y hacer que el organismo funcione correctamente.

Dificulta la digestión

Además de todo lo anterior, los huevos crudos son alimentos que resultan poco digeribles. Tienen proteínas como ovoalbúmina y ovotransferrina, que, en crudo, son muy complicadas para nuestro sistema digestivo, que no es capaz de asimilar los aminoácidos que contienen. No solo eso, sino que la clara del huevo cruda también está formada por otras proteínas, que logran bloquear las encinas de nuestro organismo que digieren las proteínas que consumimos.

Con todo esto, en Granjas Redondo recomendamos siempre cocinar los huevos de alguna manera antes de consumirlos. De este modo, evitamos todos los posibles riesgos, y ayudamos a que nuestro organismo aproveche al máximo todos los beneficios que ofrecen estos alimentos.

Por suerte, el huevo es un alimento muy versátil, que permite una gran cantidad de formas diferentes de cocinarlo, así como la creación de recetas infinitas para disfrutar de los platos más exquisitos.

Los huevos tienen un gran valor nutritivo y son muy versátiles, ya que es posible cocinarlos de diferentes formas y realizar una infinidad de recetas culinarias exquisitas. Lo que es importante y mucha veces se nos olvida, es conservarlos de forma adecuada. Como una de las mejores granjas ecológicas de gallinas, sabemos las graves consecuencias que puede tener conservar los huevos de forma errónea, poniendo especial cuidado en los efectos que puede provocar el calor, sobre todo en aquellos platos en los que se utiliza en crudo.

Actualmente, uno de los productos ecológicos que encontramos en los supermercados con más facilidad son los huevos. Cada vez son más las granjas de gallinas ecológicas que distribuyen sus huevos, que ya están al alcance de todos. Sin embargo, todavía hay mucha gente que no tiene del todo claro cómo diferenciar los huevos ecológicos de los convencionales.

El código

Uno de los principales factores a la hora de saber si un huevo es ecológico, es el código de números y letras que puedes encontrar tanto en el envase, como en la cáscara del huevo.

Hay cuatro tipos de huevos, que se clasifican en base a su sistema de cría, y el primer dígito de este código indica a cuál de ellos pertenece el huevo en cuestión. De esta forma, si el primer dígito es el 0, estaríamos ante un huevo ecológico; si se trata de un 1, el huevo sería campero; en caso de ser un 2, estaríamos hablando de gallinas criadas en suelo; y un 3 haría referencia a los huevos convencionales que provienen de gallinas criadas en jaulas.

Huevos camperos vs. ecológicos

Tanto los huevos ecológicos como los camperos tienen su origen en gallinas que se crían en corrales al aire libre. Sin embargo, las primeras consumen un pienso ecológico y tienen que cumplir una normativa específica, en la que se prohíbe el uso de cualquier sustancia química o de origen artificial. Además, las gallinas deben estar libres y en campos en los que no se hayan usado ningún tipo de abonos químicos o plaguicidas.

El sabor

Otra de las diferencias clave es el sabor. Un huevo ecológico tendrá un sabor más intenso y auténtico que un huevo convencional. Esto se debe a la gran diferencia en la cría de las gallinas.

Un error habitual, como bien sabemos en Granjas Redondo, es pensar que el color de la yema o la cáscara son también factores diferenciadores. El color de la yema está influenciado por los pigmentos que se añaden a los piensos. Por lo tanto, un huevo ecológico no tiene por qué ser más naranja que uno convencional, por ejemplo. Además, el tamaño y el peso, o el color de la cáscara, tampoco son elementos determinantes en la diferenciación. En el caso de la cáscara, por ejemplo, el color depende de la raza de la gallina.

Cuando vamos a comprar huevos nos encontramos que, desde enero de 2004 todos ellos vienen marcados con un código alfanumérico y, desde enero del siguiente años también con una fecha en la cáscara, esto es porque la Unión Europea establece una nueva normativa de comercialización de los huevos frescos destinados al consumo humano, es decir, de clase A, con el fin de facilitar el acceso a información relevante de los mismos a los consumidores. La tinta con la que se marca cada huevo debe ser de color rojo y alimentaria.

Es reseñable cómo un objeto pequeño como el huevo puede llegar a encerrar tantas sorpresas. Si bien sus principales beneficios nutricionales son ampliamente conocidos, existen otros que aún no tiene presentes buena parte del gran público y que resultan igualmente interesantes a la hora de comprar huevos, sobre todo por lo que tienen de particular. Es el caso de la concentración de carotenos que posee el huevo, concretamente de dos: la luteína y la zeaxantina. ¿Conoces su relación con la salud ocular humana?

Es bien sabido que uno de los principales beneficios nutricionales a la hora de comprar huevos es su elevado contenido en proteínas. Lo que quizás hayas oído también es que las proteínas del huevo, además, se distinguen por su alta calidad. Es un concepto que cada vez se oye más en el ámbito de la nutrición y la dietética, que a su vez continúa ganando relevancia en la sociedad. ¿Pero qué significa exactamente y qué implicaciones tiene para tu alimentación?

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