Este 12 de octubre se celebró el Día Mundial del Huevo. No es que coincida con nuestro festivo nacional, sino que se realiza cada año en el segundo viernes de octubre. Una jornada tan buena como cualquier otra para comprar huevos ecológicos y recrearse en todas las posibilidades que ofrece su sabor… pero también para conocer un poco más de la importancia de este alimento en la dieta y la cultura de las sociedades de todo el mundo, así como de lo que aportamos desde granjas como la nuestra a la hora de mejorar las condiciones de su producción y, con ello, las propiedades del huevo que llega al consumidor.

No cabe duda de que la tortilla es una de las expresiones culinarias del huevo más conocidas y veneradas por todo el planeta. La extrema sencillez de su preparación en la forma más básica y el efecto que sin embargo tiene como lienzo para experimentar con todo tipo de complementos y recetas dan mucho juego, y todo ello sin olvidarnos del buen aporte nutricional que supone. Si además tenemos la ocasión de prepararla con unos buenos huevos ecológicos, podremos disfrutar de un sabor incomparable.

Seguro que te has dado cuenta, una yema puede ser amarilla tirando a blanquecina o ser del naranja más intenso. El caso es que no hay dos huevos iguales, de unos a otros podemos encontrar diferencias notables. En nuestro punto de venta de huevos sabemos que, son muchas las ocasiones en las que podemos encontrar pequeñas manchas marrones o rojas en este alimento. Son muchos los clientes que, a menudo, nos consultan sus inquietudes y esta es una de las más frecuentes.

La dieta de los bebés se va conformando de forma progresiva. Primero se alimentan de leche, luego se incluyen los cereales y, más tarde, la fruta. Cuando comienza a comer purés, se le puede ir introduciendo verduras, carne y otros alimentos. El huevo es uno de los primeros alimentos que se introduce en la dieta de los más pequeños, ya que es muy nutritivo y completo. Sin embargo, según nuestra experiencia en la venta de huevos camperos sabemos que suscita muchas dudas.

Como todos los animales, las gallinas emiten sonidos para comunicarse. En este caso, los sonidos que emiten los conocemos como cacareos. Estudios científicos han conseguido distinguir hasta 33 cacareos diferentes y cada uno de ellos quiere lanzar un mensaje distinto. Si nos fijamos bien, podemos notar los matices. A la hora de comprar huevos camperos, sabemos que las gallinas felices ponen huevos de mayor calidad. El bienestar de estos animales resulta fundamental, así que vamos a profundizar un poco más en el comportamiento que suelen presentar estas aves.

Cuando los huevos fueron considerados uno de los alimentos responsables del aumento del colesterol entra la población, su ingesta fue desterrada de las dietas saludables. Sin embargo, numerosos estudios posteriores han demostrado que esta afirmación no se sostiene, más bien al contrario. Actualmente, sabemos que la contribución de este superalimento al colesterol es un mito, como también conocemos los innumerables beneficios de consumo huevos ecológicos.

Irremediablemente, con el paso del tiempo envejecemos. Nuestro organismo experimenta cambios físicos, psíquicos y sociales que se agudizan todavía más en la tercera edad. Por todo ello, nuestros mayores son vulnerables en el ámbito sanitario y es necesario cuidar al máximo los aspectos nutricionales en esta etapa. Los nutrientes esenciales deberán ingerirse en mayor cantidad que anteriormente y, en este sentido, el huevo es un alimento muy interesante. Sus nutrientes son de gran valor. Además, comprar huevos camperos es la mejor alternativa para incrementar las cantidades de EPA y DHA, nutrientes básicos en edades avanzadas.

La preocupación por preservar el medioambiente no deja de incrementarse. En este escenario, son muchos los investigadores científicos que continúan investigando para descubrir nuevas fuentes de energía limpia. ¿Te imaginas obtener dicha energía mediante tus huevos camperos? Pues parece que es posible, al menos a esta conclusión ha llegado un equipo de la Universidad de Osaka en Japón. Su trabajo se basa, principalmente, de una nueva fórmula para emplear las claras del huevo como combustible libre de dióxido de carbono. Precisamente, esta última sustancia es la que genera los gases de efecto invernadero.

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