Blog 6 claves para conseguir el huevo frito perfecto

Es una de las primeras cosas que aprendemos cuando nos emancipamos. La primera lección sobre cómo sobrevivir fuera del hogar. De hecho, se supone que es una de las tareas de cocina más sencillas. Hemos visto millones de veces cómo se hace. Pero cuando nos ponemos manos a la obra no siempre conseguimos un plato para enmarcar. En nuestra empresa de huevos camperos sabemos bien que se trata de poco menos que una obra de arte. Una habilidad que se perfecciona con el tiempo y, sobre todo, con la práctica.

No necesitamos demasiados conocimientos, ni tampoco herramientas. Sólo nos tenemos que enfrentar a una sartén llena de aceite, un huevo y un poco de sal. Pero las variables son muchas y el resultado nunca será el mismo. En esta entrada te contamos algunos errores que conviene evitar cuando nos disponemos a freír un huevo.

No existen dos huevos iguales

Pero ni siquiera parecidos. Los ecológicos o los camperos, por ejemplo, son más sabrosos. Los huevos que llevan varios días en la nevera es posible que la yema no quede compacta, así que su aspecto no será de foto.

La sartén antiadherente no siempre sirve

Estas herramientas de cocina tienen una vida útil. Es decir, podemos empeñarnos en utilizar una sartén que nos gusta especialmente, pero si el teflón está gastado tienes muchas posibilidades de que el huevo se te pegue.

Echar poco aceite no es buena idea

Pensamos que quizá echando menos aceite haremos un plato menos calórico, pero olvídate. Deberás contar con bastante aceite para conseguir que el huevo se haga de forma correcta. Es necesario que quede rodeado de aceite para que se haga de forma homogénea.

La yema muy hecha es un crimen

Lo bueno es que quede líquida para poder mojar pan y disfrutar al máximo de este manjar. Si nos pasamos con el tiempo es posible que la yema quede seca, perdiendo la jugosidad.

Pero, la clara cruda tampoco es apetecible

La clave para conseguirlo es utilizar el suficiente aceite. De otro modo, podría estar cocinado por abajo y crudo por arriba.

¿Puntilla sí o no?

Es cuestión de gustos. Pero, a nivel técnico, se considera que el huevo perfecto consigue mezclar todo tipo de texturas. El crujiente de la puntilla y la yema bien jugosa es el máximo exponente del huevo frito.

Desde Granjas Avícola queremos ofrecerte un último consejo, salarlo antes y después. Cuando lo viertas en la sartén puedes salarlo y para asegurarte de que no quedará soso échale un poco de sal gorda al emplatarlo. ¡Buen provecho!